Gästanvändare
31 januari 2023
El hotel es muy difícil de encontrar ya que no es un hotel normal. Está metido en una calle que sale de la propia Via Borfuro a través de un soportal y en el portal hay un pequeño cartel que pone el nombre del hotel, pero como ese portal no está a pie de calle no lo ves, ni siquiera los camareros de un bar al lado que preguntamos sabían dónde estaba y google maps tampoco te lleva allí. Después de dar vueltas y más vueltas lo encontramos de casualidad porque ya no sabíamos dónde buscar. Muy importante tener en cuenta que no hay nadie en recepción. Es una especie de piso con habitaciones y no hay nadie. Tienes que concertar previamente la hora de visita. Nosotros teníamos previsto llegar a una hora pero, finalmente, llegamos antes y nos encontramos con la puerta cerrada y que nadie contesta al timbre. Llamamos por teléfono y en una media hora vinieron a abrirnos. Te dan una llave, pagas y no volvimos a ver a nadie porque nos fuimos antes de que vinieran por la mañana. Por la mañana tuvimos que chatear para ver qué hacíamos con la llave... Lo que me pareció totalmente desconcertante fue el desayuno. Hay una sala minúscula con una pequeña cocina, un frigorífico y muebles. Las mesas estaban preparadas con las tazas, los cubiertos y bollería industrial. La cafetera está apagada, tienes que encenderla para hacer café y buscarte la vida para ver cómo funciona. Luego ya empiezas a buscar... En la nevera había varios tipos de yogur, bricks de zumo individuales, leche y bebidas vegetales. Eso es lo único que hay para desayunar. Vamos, cutre a otro nivel. Jamás se me había dado esta situación. Y todo ello por el módico precio de 99 € más la tasa turística. La ubicación es buena.
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