Gästanvändare
23 november 2024
Estuvimos una sola noche, de camino ente Invercargill y Oamaru. El pueblo es muy pequeño, y el establecimiento se encuentra en una calle con vistas muy bonitas a la playa. En nuestro caso, habíamos reservado la habitación de la planta baja, muy amplia, con una cama cómoda y un baño correcto (lo peor del conjunto), de lo que lo mejor sin duda es el jardín con flores muy bonitas y vistas a la playa sin nada que interfiera. Además, hay un acceso directo a la calla¡e principal, donde se encuentra uno de dos restaurantes del pueblo. Los dueños, muy encantadores.
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