Hotel Cruells

Terrible, we got ripped off, put into two very tired wooden huts Cabana 1 & 2 with doors and windows that don’t shut properly and the door had gaps around them, accessible by climbing up a steep grass bank, no wifi as advertised, small seating area underneath leaking and badly damaged roof, waste water smells from drains that empty in front of cabins, paper thin wall between cabins means you hear every sound, breakfast staff miserable, and the whole experience expensive. Make sure you check where your staying before you pay, we thought we we in the hotel!!!!

Gratamente sorprendidos por la calidad y el nivel de atención en todos los aspectos, comida, instalaciones y el entorno es simplemente espectacular, rodeado de paisajes impresionantes y una naturaleza que invita a la tranquilidad y al descanso. Además, el hotel es verdaderamente pet-friendly, lo que hizo que mis mascotas también disfrutaran de una estancia cómoda y agradable. En resumen, una experiencia inolvidable que espero repetir pronto.

Mi consejo es que no vayáis. He viajado por todo el mundo y con diferentes presupuestos pero el fin de semana de Nochevieja me he sentido estafada, y también mi familia. La información sobre las condiciones de la reserva cambiaron dos semanas antes de nuestro viaje, pero entonces no teníamos ya opciones alternativas . Si cancelaba renunciábamos a estar toda la familia unida la Nochevieja. La noche del día 30 aún no sabíamos cuál sería el menú del 31 y tuvimos que preguntar por él por enésima vez. Además a nuestra llegada nos dicen que el día 1 no habrá desayuno ???. Cena en el restaurante el día, 30, reserva obligada de dos noches, malísima relación calidad-precio, servicio poco amable y nada profesional. Espacio bonito que no compensa; además grupo de más de 20 personas maleducado, invadiendo todos los espacios comunes, sin ningún límite , por lo que la experiencia fue globalmente desagradable. Menú de 70 euros de fin de año que ubicaron en otro hotel al que había que llegar conduciendo, sin parking, nos convocan a las 20:30, la cena no empieza hasta pasadas las 21, ninguna cortesía a la llegada, sofás y cojines viejos y rotos, en ambiente frío, decoración de mal gusto, sucia, sin posibilidad de escoger ni cambiar ningún plato, solo un tipo de vino, tinto, sencillo, una copa de cava a media noche, servilletas de papel, sopa de galets fría, porción de tiramisú ridícula, crema de verduras con predominio de sabor a leche/nata de cocina, por mencionar parte del desastre; todo el menú con los mismos cubiertos, todo ello servido por no profesionales, en un espacio cutre, descuidado, frio y apestando a humo de cocina. Algunas mesas se fueron incluso antes de las campanadas. Respecto al hotel, las habitaciones necesitan renovación y limpieza (lamparas rotas, sin bombillas, o bombillas muy sucias, manecillas de puertas rotas, moho y suciedad entre los azulejos del baño que intentan cubrir con pintura ?…Una única toalla de manos…La sencillez no está reñida con el cuidado y la limpieza pero en este lugar ambos brillan por su ausencia. De agradecer que el responsable acercara a un miembro de la familia tras la cena al segundo hotel y la calidad del desayuno del día 31. Dos detalles que no compensan los más de 700 euros del fin de semana en este establecimiento (dos habitaciones dos noches, desayuno para tres personas , dos cenas para tres personas) gastados en este establecimiento. No volveremos.