Gästanvändare
22 september 2024
Como viajero experimentado que ha recorrido más de 50 países y se ha hospedado en todo tipo de alojamientos, desde hoteles de cinco estrellas Michelin hasta hostales modestos, jamás me había encontrado con un trato tan despectivo y cínico como el que recibí en este pequeño hotel en el centro de Puçol. Viajé desde México para visitar un colegio internacional cercano, situado a solo 10 minutos en taxi desde Puçol. Al llegar en tren desde Valencia, me encontré sin un solo taxi disponible para llevarme. Desesperado, entré al hotel para pedir ayuda, confiando en que su servicio de taxis podría resolver mi problema. Lo que siguió fue un despliegue de arrogancia y prepotencia que no olvidaré. La señora que me atendió, con una actitud altiva y condescendiente, se negó rotundamente a hacer una simple llamada, argumentando que ‘no podía hacerse cargo de esa llamada’. Le ofrecí pagar para usar su teléfono, ya que mi número mexicano no funcionaba en España, y con total desdén, volvió a rechazar mi petición. Incluso le pedí quedarme en el lobby mientras solucionaba la situación, pero en un acto de soberbia inexplicable, me corrió del hotel. Nunca me alojé como huésped, y después de este trato, jamás lo haría. Es inaudito que en un pueblo tan pequeño, donde se espera una cierta calidez y disposición para ayudar a los visitantes, uno se encuentre con una actitud tan hostil. La señora, que descubrí luego es parte del consejo del hotel, no tiene ni idea de lo que significa la verdadera hospitalidad. Este lugar no merece recibir a viajeros, y menos a aquellos que buscan un mínimo de empatía y apoyo. La falta de consideración y el desprecio que demostraron son inaceptables. Mi recomendación: eviten este hotel a toda costa. La arrogancia y prepotencia de su personal no valen la pena.
Översätt